A partir de la creación de los medios masivos (los diarios,
la radio, la televisión y hasta la actual Internet) la comunicación humana ha
cambiado sustancialmente, ya que se ha mediatizado como nunca antes.
La introducción de nuevas tecnologías modificó la lectura,
el modo de vivir y de entender la realidad y la intervención sobre ella. Esta
modificación cultural introducida por los nuevos Medios de Comunicación de
Masas, ha provocado las reacciones más dispares, desde los entusiasmos más
fervorosos hasta las condenas más rigurosas.
La entrada en escena del libro, el cine, la radio, la
televisión, etc., y su rápida utilización masiva en un corto espacio de tiempo,
ha sido motivo suficiente para convulsionar las pautas de la relación social.
Por citar un ejemplo: cuando estalló en nuestro país el movimiento emancipador,
la noticia de los acontecimientos de la semana de mayo de 1810 se conoció en
América del Norte tres meses más tarde. En cambio, cuando el 20 de julio de
1969 el hombre llegó a la Luna este suceso fue presenciado simultáneamente en
todo el planeta por millones de personas a través de la televisión, que captaba
lo que estaba sucediendo a más de 300 mil kilómetros de distancia. ¿Y la
revolución que se dio en el campo de las comunicaciones a partir de
Internet?... Hasta hace unas décadas era inimaginable la posibilidad de
interconexión a millones de kilómetros, con formatos multimedia, desde el hogar
y a costos tan bajos.
La capacidad que tenemos hoy de hacer llegar nuestros
mensajes a largas distancias en forma simultánea, a través de la TV, la radio,
el teléfono, el celular, la computadora o el fax, transmitiendo datos o
información de cualquier tipo, y en los más variados soportes, nos es hoy tan
familiar que hasta actuamos con indiferencia ante ellos.
Ahora bien... ¿Quién maneja los mensajes en los medios
masivos?
Los más críticos opinan que las masas son sólo los
consumidores o destinatarios de los mensajes; las masas no se comunican a
través de los medios, son los propietarios de esos medios quienes comunican
algo.
Al hablar de globalización, se piensa en un conjunto de
relaciones económicas, políticas y sociales que ha modificado sustancialmente
la estructura mundial. Pero no tenemos en cuenta que donde más claramente se
notan estos cambios es en los medios masivos de comunicación, a partir de los
avances tecnológicos. La globalización en lo comunicacional se revela como una
tendencia hacia el establecimiento de una cultura global. Mensajes masivos,
uniformes, estandarizados, son recibidos en el mismo momento por personas
diferentes, en distintos lugares del mundo. Esto provoca que la función
originaria de la comunicación social, la de transmitir los mensajes generados
por miembros de una comunidad, se modifique. Hoy los mensajes son generados y
manipulados en un lugar lejano, por personas ajenas y con intereses ajenos a la
comunidad que los recibe.
Otro tema ligado a éste es la creciente influencia de los
medios en la sociedad, en la política y en las instituciones. La gente
encuentra en ellos un canal válido para expresar sus inquietudes y necesidades.
Esto se puede comprobar con la aparición de numerosos programas que se encargan
de “escuchar” y “ayudar” o “cumplir sueños” a las personas, como los “reality
show” y otros.
El circuito mediático está formado por las empresas, los
medios y el público. Los mensajes que se transmiten no son neutros; tienen una
intencionalidad. La intención más clara de quienes actúan como emisores en los
medios es vender. Vender programas, ideas, productos, personajes, etc. Para
ello, utilizan los recursos persuasivos más variados: frases hechas, verdades
universales, imágenes, promociones, etc.
Los medios masivos de comunicación tienen cada vez mayor
poder y tienen una influencia creciente en la vida de todos. Son un poderoso
instrumento de socialización, a la par de la familia, la escuela y el trabajo,
que modelan los sentimientos, las creencias, entrenan los sentidos, ayudan a
formar la imaginación social; en síntesis, fomentan y facilitan ciertas
construcciones mentales por donde transcurre luego el pensamiento de las
personas.
Debemos aprender a leer críticamente los mensajes que
circulan en los medios, para no convertirnos en meros receptores pasivos,
consumistas de ideas ajenas que dirigen nuestra conciencia y anulan nuestra
capacidad de análisis.
La lengua es la herramienta que nos permite acceder a los
lenguajes de los medios de comunicación. Ya sea de la prensa escrita, de la
televisión y la radio, por nombrar a los tradicionales, como a los nuevos
medios: Internet, el correo electrónico, el blog, la wikipedia, los teléfonos
celulares y otras novedades que las tecnologías incorporan a nuestra vida sin
nuestro permiso. Y es el dominio de la lengua lo que nos permite realizar la
lectura crítica. La ya citada autora Ivonne Bordelois, en una entrevista
publicada en el diario Página 12, en octubre de 2005, afirmaba que “los medios
cometen un genocidio con el lenguaje”, y eso tiene que ver con la velocidad.
“El problema está en que la palabra ahora tiene que competir con la imagen, y
que la velocidad de la imagen es infinitamente más grande que la de la
palabra”.
Bibliografía:
Laura Deraco (2007).ES. 4 Tecnologías de la Información y la Comunicación - Educación Secundaria. Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/default.cfm?IdP=18